1. Irse a la cama sin desmaquillarse
No desmaquillarse es el peor de los hábitos pero sin embargo el más común y por ello se ha ganado la primera posición.
Irse a dormir sin desmaquillarse significa irse a la cama con toda la contaminación acumulada durante todo el día sobre el rostro. Fondo de maquillaje, sombra de ojos, máscara de pestañas... todos estos productos acumulan el sebo producido por tu piel así como el todo el polvo presente en la atmósfera.No desmaquillarse antes de irse a la cama puede obstruir tus poros (como consecuencia puntos negros), granos enquistados y ligeras irritaciones en los ojos, especialmente peligrosas si los maquillas demasiado.Para evitar este tipo de problema será suficiente con que tengas al lado un cómodo paquete de toallitas desmaquillantes para que lo utilices los días que llegues muy tarde a tu casa y te sientas muy cansada como para seguir todo el ritual de limpieza facial.
2. No guardes el maquillaje en el baño
Otro de los malos hábitos que debes evitar es guardar el maquillaje en el baño.Si colocas tus productos de maquillaje en el baño, corres el riesgo de que los productos caduquen antes de tiempo y que algunas bacterias infecten tu base de maquillaje o tus sombras de ojos, entre otros.El baño es un ambiente húmedo debido al vapor y a la condensación producido cada vez que te duchas. Por este motivo, mantén todos tus productos de maquillaje en tu habitación o en cualquier ambiente fresco y seco.Para los esmaltes de uñas lo mejor es la nevera así evitarás que se sequen y espesen. Este es uno de los trucos de maquillaje que no todas conocemos y que alargarán la vida de nuestro esmalte.
3. No limpiar las brochas y pinceles de maquillaje
Las personas que usan todos los días brochas y pinceles de maquillaje para aplicar los distintos productos como la base o las sombras de ojos tienden a utilizar una especie de cepillo para la limpieza en seco de los mismos cada vez que los utilizas.Además, una vez cada dos semanas, limpia todas tus “herramientas de trabajo” con un producto específico parecido a un champú.Aquellas que sólo se maquillan para ocasiones especiales suelen olvidar este paso fundamental.En Wellness Spa, te recomendamos que intentes lavar todos tus pinceles de maquillaje al menos una vez por semana con un champú suave (o champú para niños) y deja que se sequen al aire durante toda la noche.De esta manera, evitarás la posible formación y proliferación de bacterias además de mantener siempre tus brochas y pinceles limpios consiguiendo alargar su vida.
4. No estar pendiente del vencimiento del maquillaje
Es cierto que algunos productos de maquillaje no tienen una fecha de caducidad específica. Aquellos que llevan abiertos varios años puedes seguir utilizándolos, aunque puede que te provoquen alguna irritación o malestar.Sin embargo, puede ocurrir que los productos de maquillaje terminen por oxidarse con el paso del tiempo, cambien de color, los polvos se oxiden y sus fórmulas se separen provocando así un efecto no deseado sobre la piel.Actualmente, en los envases de productos de higiene y belleza aparece el símbolo de un tarrito junto con los meses que dura el producto una vez abierto. Pero seamos realistas, no vamos a etiquetar todas nuestras sombras de ojos o máscaras de pestañas cada vez que las abrimos.En general, los productos de maquillaje tienen una duración que se extiende desde los 6 meses (6M) hasta incluso los 24 (24M) en el caso de algunos productos. ¿Necesitas ejemplos? Una base de maquillaje en polvo dura 24 meses abierto y un trío de sombras de ojos en torno a los 18 meses, mientras una máscara de pestañas solo 6 meses.Sin embargo, para cualquier producto de maquillaje existe una regla más práctica: si notas que la textura, el color o el olor cambian, tíralos y remplázalos por productos nuevos. Evita alergias e irritaciones innecesarias!